La Salud está en la mente - Psicología Malena Lede




Una mente calma es la clave de la salud perfecta.

Estamos diseñados para estar siempre sanos porque nuestro cuerpo posee un mecanismo inmunológico capaz de resolver cualquier problema; sin embargo el estrés puede matarnos.

Experiencias realizadas en cárceles de los Estados Unidos demostraron que mediante la meditación los reclusos reducían su nivel de violencia y podían aprender a controlar sus impulsos.

Se trata de sentir el cuerpo como un todo dejando que la mente se concentre en la respiración y pueda sentir las sensaciones del cuerpo durante cuarenta y cinco minutos.

Tan importante como sentir la respiración es prestar atención hacia dónde tiende a dirigirse la mente,  sin rechazar los pensamientos  pero sin quedarse  en ellos.

Esta práctica realizada en forma habitual produce la estimulación del área pre frontal cortical izquierdo, zona asociada con las emociones positivas y con la felicidad.

Después de ocho semanas de entrenamiento, el grupo de meditadores que recibió una vacuna antigripal, comparado con otro grupo que no meditó, presentó una mayor cantidad de anticuerpos, comprobándose en esta prueba la correspondencia entre la meditación y la mejor respuesta del sistema inmunológico.

Esta metodología produce realmente diferencias en el cerebro relacionadas con la percepción y la filtración de emociones en situaciones que producen estrés, permitiendo manejarse mejor con las emociones agresivas y de temor.

La mente también puede influir en un proceso de sanación; por ejemplo en la psoriasis, enfermedad caracterizada por la proliferación no controlada de células de la epidermis.

Estas células crecen y forman escamas que pueden cubrir todo el cuerpo y que producen picazón.
La piel puede recuperarse sola y lograr períodos de normalidad, pero el estrés la empeora y estimula el florecimiento de la psoriasis.

La meditación mejoró notablemente la respuesta al tratamiento de radiación ultravioleta en mayor proporción que los enfermos que no meditaron.

Durante la práctica de la meditación, el cuerpo muestra señales evidentes de profunda relajación y puede llegar a lograr un nivel de descanso dos veces más profundo que el del sueño, pero con la mente alerta, vivaz y tranquila.

Los efectos beneficiosos de la meditación comienzan desde el primer día, pero se van acumulando con el tiempo hasta llegar al punto en que el estado de relajación de la conciencia expandida se puede mantener durante toda la actividad que se desarrolla en el día.

Cientos de estudios al respecto muestran que a largo plazo la meditación produce descenso de la hipertensión y de los niveles de colesterol en sangre; disminución voluntaria del consumo de alcohol, del cigarrillo y de las drogas recreativas, porque ya no se apetecen; mayor lucidez, inteligencia y creatividad, mejoramiento de las habilidades motoras y de la capacidad de aprendizaje.

Teniendo en cuenta que el nivel de presión arterial, la capacidad auditiva y visual y otros indicios comunes suelen alterarse durante el envejecimiento, la meditación ha mostrado también una inversión en este proceso.

Malena Lede - Psicóloga

"Mindfulness" - Jon Kabat-Zinn