Ya todos nos hemos acostumbrado a que los noticiosos
sólo informen sobre malas noticias, que se dediquen a ventilar los escándalos
de la vida privada de los famosos, a entrevistar a familiares de personas
fallecidas trágicamente, o a contar con lujo de detalles los crímenes más
horrendos, todo eso con la evidente intención de exacerbar el morbo colectivo y
aumentar el rating.
¿Será verdad que a la gente le gusta eso? y en ese
caso ¿quién es esa gente? o todo se reduce a la falta de imaginación de quienes
hacen televisión que quieren ganar mucho dinero sin ningún esfuerzo?
Aparentemente nada pasa en el resto del mundo porque
las noticias del exterior no existen en los noticieros, seguramente porque las
agencias de información cobran muy caro, entonces nos tenemos que conformar con
saber lo nefasto que ocurre en el país; eso
sí que se transmite en todos los canales al mismo tiempo.
Ni hablar de las películas, porque es una forma de
penetrar en el túnel del tiempo; pero hay que reconocer que no deja de ser una
buena oportunidad para los jóvenes de conocer las películas más taquilleras que
hicieron excelentes actores que ya fallecieron.
Creo que la televisión está perdiendo la batalla y que
ahora es Internet el medio que se está imponiendo, porque aunque no es la
panacea, es interactivo y tiene mayor margen de libertad para elegir qué ver en
cualquier momento.
Con el tiempo es muy posible que Internet y la
televisión se fusionen y que las programaciones se puedan elegir a toda
hora. Si quieres ver noticias de policía
marcas uno, si te interesa la política marcas dos, si eres un poco más curioso
y quieres saber qué pasa en el resto del mundo, marcas tres, si quieres saber
si va a llover marcas cuatro, si quieres ver una película marcas cinco, etc.
etc.
Mientras la calidad de la programación continúe en
baja, el rating seguirá disminuyendo, porque cada vez son más los que no están dispuestos a ver cualquier cosa y porque la decadencia se extiende
hasta el último canal codificado, ya que no importa cuánto pagues, te dan lo
mismo en todos lados.
Como último recurso, se recurre a los golpes más bajos, exhibiendo a
cualquier hora, programas pornográficos, que incluso pueden ver los niños, porque
se ignoran las prohibiciones existentes.
Sólo parecen estar salvándose los canales de
deportes y de cocina, que tienen una programación entretenida, más sana y apta para todo
público.
Es una lástima porque la televisión podía haber sido
el medio ideal para la realización de programas útiles para incentivar la educación y la
cultura de la gente, para crear conciencia y difundir valores y para enseñar
toda clase de conocimientos en lugar de
convertirse en lo que es hoy: pura basura.
Hay que reconocer que es verdad que todo lo que
el hombre produce por dinero, termina degradándose y pudriéndose.
Malena Lede - Psicóloga
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