La televisión, imagen de la decadencia - Psicología Malena Lede




Ya todos nos hemos acostumbrado a que los noticiosos sólo informen sobre malas noticias, que se dediquen a ventilar los escándalos de la vida privada de los famosos, a entrevistar a familiares de personas fallecidas trágicamente, o a contar con lujo de detalles los crímenes más horrendos, todo eso con la evidente intención de exacerbar el morbo colectivo y aumentar el rating.

¿Será verdad que a la gente le gusta eso? y en ese caso ¿quién es esa gente? o todo se reduce a la falta de imaginación de quienes hacen televisión que quieren ganar mucho dinero sin ningún esfuerzo?

Aparentemente nada pasa en el resto del mundo porque las noticias del exterior no existen en los noticieros, seguramente porque las agencias de información cobran muy caro, entonces nos tenemos que conformar con saber lo nefasto que ocurre en el país;  eso sí que se transmite en todos los canales  al mismo tiempo.

Ni hablar de las películas, porque es una forma de penetrar en el túnel del tiempo; pero hay que reconocer que no deja de ser una buena oportunidad para los jóvenes de conocer las películas más taquilleras que hicieron excelentes actores que ya fallecieron.

Creo que la televisión está perdiendo la batalla y que ahora es Internet el medio que se está imponiendo, porque aunque no es la panacea, es interactivo y tiene mayor margen de libertad para elegir qué ver en cualquier momento.

Con el tiempo es muy posible que Internet y la televisión se fusionen y que las programaciones se puedan elegir a toda hora.  Si quieres ver noticias de policía marcas uno, si te interesa la política marcas dos, si eres un poco más curioso y quieres saber qué pasa en el resto del mundo, marcas tres, si quieres saber si va a llover marcas cuatro, si quieres ver una película marcas cinco, etc. etc.

Mientras la calidad de la programación continúe en baja, el rating seguirá disminuyendo, porque cada vez son más los que no están dispuestos a ver cualquier cosa y porque la decadencia se extiende hasta el último canal codificado, ya que no importa cuánto pagues, te dan lo mismo en todos lados.

Como último recurso,  se recurre a los golpes más bajos, exhibiendo a cualquier hora, programas pornográficos, que incluso pueden ver los niños, porque se ignoran  las prohibiciones existentes.

Sólo parecen estar salvándose los canales de deportes y de cocina, que tienen una programación entretenida, más sana y apta para todo público.

Es una lástima porque la televisión podía haber sido el medio ideal para la realización de programas útiles para  incentivar la educación y la cultura de la gente, para crear conciencia y difundir valores y para enseñar toda clase de conocimientos  en lugar de convertirse en lo que es hoy: pura basura.

Hay que reconocer que es verdad que todo lo que el hombre produce por dinero, termina degradándose y pudriéndose.

Malena Lede - Psicóloga