Existen en el mundo
muchas personas con carencias elementales insatisfechas y también con severas
carencias afectivas: falta de amor, de cariño y de interés por parte de los
demás y de su familia.
La falta de amor
como la incapacidad de amar, producen males tan graves como la falta de
alimentos, porque además de hacer infelices a las personas puede provocar serias
alteraciones en los órganos, ataques cardiacos y accidentes cardiovasculares.
Está comprobado
científicamente que la personalidad tipo “A”, o sea la persona hiperactiva, competitiva,
agresiva, luchadora, poseída por el intenso deseo de obtener fama, poder, éxito
o placer en el menor tiempo posible, se torna ansiosa, irritable, malhumorada y
tensa; y que no es raro que aun siendo
joven sufra un infarto.
El certificado de
defunción dirá que falleció de un ataque cardiaco pero analizando su conducta en
vida se podrá deducir que también murió de ambición, egoísmo y por falta de
capacidad de amar.
Estas personas no
tienen tiempo ni espacio para el amor, porque gastan toda su energía en
conseguir todo lo que desean.
El amor de pareja también
se suele confundir con la necesidad física por el otro sexo, sin embargo, una
vez que se satisface ese deseo, es común que la relación se deteriore.
El amor no es sólo
una sensación física sino también un estado mental duradero, cuando el que ama
está más interesado en cuánto puede dar que en lo que va a obtener.
El amor
desinteresado exige atención, tiempo, energía, criterio propio y conciencia de
unidad, porque no somos seres separados de nuestro entorno y de nuestros
semejantes, formamos parte de un todo.
Es necesario aprender
a vivir a un ritmo más lento, para tener más tiempo para los demás dejando de
lado las actividades de las que podemos prescindir para dedicarnos más a lo que
nos importa.
Una solución eficaz
para disponer del tiempo que necesitamos es levantarnos más temprano, para
poder desayunar con tranquilidad, hablar con nuestros hijos o con nuestra
pareja y no salir corriendo masticando el último bocado y sin haber articulado
una sola palabra.
Ese alocado ritmo
continuará todo el día porque se ha convertido en un condicionamiento, una
forma de funcionar, que no solamente afecta la salud sino también las
relaciones.
Comer con los niños
no sólo es bueno para su nutrición sino también para la identificación con sus
padres y para tener la oportunidad de contar sus cosas, de preguntar y de
aclarar sus dudas; y de escucharlos, estando atentos a sus necesidades reales y
señalarles sus posibilidades y sus límites.
Todos disponemos de
una gran cantidad de energía para dar, pero si la gastamos en pensamientos
negativos como la codicia, la preocupación, la ira o el resentimiento, no nos
quedará nada.
Los deseos egoístas
y el interés por las posesiones provocan ansiedades, temores y frustraciones
que agotan toda la energía.
Podemos recuperar
el amor de los demás y la capacidad de amar de verdad que hemos perdido,
resistiendo los deseos egoístas y desarrollando expectativas menos pretensiosas y
más realistas.
Malena Lede -
Psicóloga
Fuente: “El amor
nunca falla”; Eknath Easwaran
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Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarhola Valerie Jesse, las relaciones de pareja tienden a deteriorarse con el tiempo porque cada uno comienza a mostrarse como es realmente. Si es celoso y posesivo, creo que son pocos los hombres que no lo son. Raramente encontrarás a uno que no le moleste que quieras ser independiente, por supuesto respetándolo.
ResponderEliminarCon el tiempo, si finalmente llega a confiar en ti. si comprueba que tu comportamiento es leal, las cosas pueden mejorar, pero veo que tu ya estás mirando a otros hombres. Tal vez eres muy joven o no estás madura para una relación estable. saludos, malena